Bishos, mu malos bishos.
Primeramente mis dos compañeros, almas de satanás y vendidos al mismisimo Palpatine...
Que un día llego yo ilusa se mi a poner una lavadora (lavadora que está en el lavadero... ajá-ajá-ajá. Lavadero que está en un pequeño balcón de la cocina) y al volverme para entrar de nuevo, con una rasca de cojoncillos.... ¡oh, darwin a cuanto puede llegar la especie humana! Mis compañeros de piso me habían cerrado la puñeterisima puerta quedando a la merced del caprichoso e intespestivo frio tiempo de Granada.
Me hicieron un Nuria. A mi.
Hijosputientes.
Ni la Olla con vida propia y que habitó durante una semana y pico nuestra cocina quiso abrirme la puerta. Lajodiademierda...
Planteáseme un problema algo dificil de solucionar, ya que mis gritos e insultos parecían alentar más a dejarme en ese estado a mis cohabitantes. Así pues miré yo hacía la derecha y vi la ventana del cuarto de baño abierta.
Un estudio detallado de la distancia, longitud de mis piernas, fuerzas en mis brazos y el impulso necesario para saltar hacia dicha ventana para cuando por fin empiezo a escalar el muro del balcón... me cierran la ventana en las narices...
Como podéis deducir al estar escribiendo esta entrada...logré finalmente entrar de nuevo al piso. Mis compañeros (si a esos viles seres se les puede llamar así) me abrieron por fin la puerta y pude entrar en calor nuevamente.
¿Mi venganza? Mi venganza será terrible...
Un mundo moderno ¿imposible en un mundo verde?
Hace 9 años